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Cómo motivar a tus alumnos con las actividades

https://www.profesorfrancisco.es/2015/05/enlaces-de-prehistoria.html
Lista de consejos para mejorar la motivación de los alumnos  durante la explicación y la realización de las actividades. En parte están ordenados cronológicamente según el momento en el que se pueden aplicar.  Aquí me centro en lo que podríamos llamar aspectos técnicos, en otra futura entrada hablaré de la motivación desde un punto de vista más emocional. 



Este artículo es una continuación del contenido de otra entrada sobre la programación de las actividades didácticas. Con la experiencia y la reflexión te acabas replanteando posiciones anteriores, por eso con esta entrada reviso algunas ideas que en su día publiqué. Lo que inicialmente empezó siendo una secuencialización estandarizada de actividades se ha convertido en una planteamiento metodologico que pone el centro en la motivación del del alumno. 
  1. Generando interés inicial 
  2. Implicando a los alumnos en la explicación
  3. Convirtiendo las actividades aburridas en juegos entretenidos.
  4. Dejándoles tiempo para que reflexionen de forma autónoma. 
  5. Trabajando en grupo para que aprendan a argumentar y a llegar a acuerdos. 
  6. Dándoles libertad a la hora de hacer trabajo en casa y a la hora de hacer proyectos creativos.


1. Generando interés inicial

  - ¿Para qué? El objetivo es romper las resistencias iniciales del alumno para que quiera participar en el proceso educativo. Este punto es mucho más importante de lo que parece, a menudo nos olvidamos de él y eso nos acarrea problemas de motivación que se arrastran en las sesiones siguientes.

- ¿Cómo? Iniciando la clase con planteando una situación interesante, empezar evocando realidades próximas a sus intereses, con un elemento novedoso que atraiga la atención (objeto, escena de película, etc.), generando ilusión con las expectativas, es decir, explicando lo interesante y útil que va a ser lo que vamos a estudiar, destacando lo bien que nos lo vamos a pasar haciendo actividades y trabajos, contando alguna experiencia personal o anécdota que tenga relación, etc. Si lo que enseñamos no genera interés desde comienzo, luego será más difícil conseguirlo.

- ¿Cuánto tiempo? De cinco a diez minutos al comienzo de cada sesión. No basta con hacerlo el primer día en el que se inicia una unidad, sus efectos no son eternos, todos los días hay que pensar una forma motivadora de inicial la clase


2. Implicando a los alumnos en la explicación

 - ¿Para qué? Implicando al alumno conseguimos que quiera hacer las actividades autónomas (siguiente punto).

- ¿Cómo? Durante la explicación, hay que lograr que el alumno participe y que su participación sea recompensada. Preguntando al alumno su opinión, preguntas de positivo, completar huecos mientras se explica, etc.  Para que esto sea posible, el profesor debe reforzar esta conducta y premiar la participación en cualquier caso.  
 
- ¿Cuánto tiempo? Todo el que dure la explicación.


3. Convirtiendo las actividades aburridas en juegos entretenidos

- ¿Para qué? Los ejercicios (preguntas de memorización, de copia y pega, de respuesta única) se deben realizar antes que las actividades ya que se trata de memorizar ideas básicas. El problema es que son aburridos por su propia naturaleza, al gamificarlos contrarrestamos este defecto. Tiene un doble objetivo, por un lado es algo motivador para todos y por otro sirve para  no perder a los alumnos que ya están desmotivados. Con los juegos educativos consigues enganchar a todos a la dinámica de clase.

- ¿Cómo? Mediante juegos educativos en clase. Por ejemplo: competición de conocimientos por grupos a turnos (trivial), el juego del corredor, juegos de cartas que pueden realizar ellos mismos,  juegos de preguntas online, etc. Aunque hay planificarlo bien y no abusar para evitar que se convierta en una forma de ciega competitividad en la que el aprendizaje quede en un papel secundario. 
- ¿Cuánto tiempo? Está en función de dificultad de los conceptos, de los conocimientos previos del alumno y de las necesidades de motivación. Aunque el ritmo de aprendizaje se ralentice, a veces la desmotivación de la clase no nos deja más remedio que convertir en juegos todas los ejercicios y todas las actividades (o eso o el caos).  


4 y 5. Las actividades las hacemos reflexionando individualmente y poniendo en común en grupo

 - ¿Para qué? Las actividades (preguntas de aplicación de conocimientos que requieren un esfuerzo intelectual) son fundamentales porque permiten localizar las dudas del alumno y aclararlas.  La explicación con posteridad a las actividades, la que responde a dudas concretas, es la más indicada para lograr aprendizajes significativos.

- ¿Cómo?  Actividades de aplicación, comparación, comprensión, etc. Tres momentos:
  1. Trabajo individual autónomo. Primero el alumno debe intentar hacerlo o encontrar la respuesta individualmente con el apoyo de lo aprendido, el libro y los recursos que se le han dado. Durante este tiempo hay que conseguir un ambiente propicio en clase (silencio).
  2. Trabajo en grupo. Después el alumno ha de justificar su decisión frente a otros, frente a su pareja o a sus compañeros de grupo. Deben seleccionar a unas respuestas comunes al grupo, lo que les permite descubrir errores y se fomenta su capacidad de argumentación y de llegar a acuerdos.  
  3. Corrección. El profesor hace la corrección pública de las respuestas de los grupos.
 - ¿Cuánto tiempo? Las actividades requieren más tiempo que los ejercicios. Lo ideal es preparar un paquete de actividades que se pueda realizar en una sesión de clase. La hora se puede dividir en tres partes más o menos iguales: 1/3 trabajo autónomo, 1/3 trabajo en grupo 1/3 corrección, aclaración de dudas y puntuación. 


6. Trabajo en casa voluntario con actividades y proyectos atractivos  

- ¿Para qué? El carácter voluntario de las actividades para casa es una forma de evitar que los alumnos se descuelguen del ritmo de clase. En más de una ocasión he visto como mi planificación se había alejado tanto de la realidad mis alumnos, que se había convertido en un obstáculo para el aprendizaje. La causa es que mi planificación integraba el trabajo fantasma, es decir, el trabajo que los alumnos no hacen. Si las actividades para casa se integran como obligatorias en el proceso de aprendizaje, una parte del alumnado (los que no las hagan) se quedaran retrasados respecto a los demás. Con el paso del tiempo, este ritmo "oficial" será seguido por un pequeño porcentaje de alumnos, mientras que la mayoría quedan fuera, lo que les lleva a la más profunda desmotivación. Convirtiendo la planificación didáctica en algo muy ineficaz ya que únicamente sirve a un puñado de alumnos. Sin embargo el trabajo para casa es algo indispensable para atender a la diversidad: para los alumnos que van más lentos y necesitan ponerse al día y para los alumnos que tienen interés por la materia y quieren ampliar.  Esto nos obliga a los docentes a dos cosas:
  • Replanificar para ajustar los contenidos y las actividades básicas al tiempo disponible de clase. 
  • Ofrecer unas actividades para casa que sirvan de refuerzo y/o de ampliación,  que han de ser suficientemente atractivas para que puedan tener éxito.
- ¿Cómo? Ofreciendo actividades o un proyecto (conjunto de actividades orientadas a un producto final) que sean interesantes. Esto se puede alcanzar de varias formas:
  • Uso de las nuevas tecnologías. Las TIC son una elección muy inteligente por su carácter altamente atractivo. Se pueden proponer actividades individuales o proyectos que engloben actividades diversas (como un blog de clase). Pueden ser de tipo plástico (cartas, cartel, periódico, cómic...) online (trabajos de investigación, la wiki, de reflexión sobre diferentes visiones, participación en el foro de debate...) de tipo dramático (rol play, teatro, corto cinematográfico...) etc. El funcionamiento se puede enseñar en alguna visita al aula de informática, después se divide el trabajo:
    • Una parte obligatoria par hacer en clase o el aula de informática
    • Otra parte voluntaria para hacer desde casa.
  • Mayor grado de libertad. Aunque cualquier actividad por principio está guiada y sometida a unas reglas, hay que saber ser flexible para limitar la creatividad del alumno lo mínimo imprescindible.
- ¿Cuánto tiempo? Con una sesión en el aula de informática al mes o cada dos meses es suficiente para mantener activo un proyecto de trabajo con TIC. Luego los alumnos interesados continuarán su trabajo online desde casa. También se pueden usar los periodos de transición al final de la evaluación o a final de curso, etc.

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3 comentarios:

  1. Gracias, gracias por todos sus aportes continuos a los docentes y por ende a nuestros estudiantes.:-)

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  2. Muchísimas gracias por tus aportaciones. Soy estudiante del Máster de Formación del Profesorado de Secundaria y me cuesta muchísimo encontrar aplicaciones prácticas tan claramente expuestas como las tuyas.

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  3. Tener en cuenta estos consejos es de gran ayuda para motivar a todos nuestros alumnos. Gracias por el artículo es de gran utilidad.

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